Forbes ha declarado Málaga como la décima ciudad del mundo mejor para vivir.
«Está asociada principalmente al sol y a la playa pero la ciudad es mucho más que eso»
Pertenecemos a una comunidad con un clima y costa que atraen al turismo y que, instituciones y autoridades, han sabido explotar responsablemente.
Contamos con el 4º aeropuerto de España en cifras de pasajeros, tren de alta velocidad, un ambicioso proyecto portuario y tráfico fluido por carretera.
Aquí, un turista, está a salvo y seguro con hospitales referentes en el mundo; La amplia oferta de colegios, servicios y ocio completan las necesidades de sus visitantes y vecinos.
La cultura, con el legado árabe y romano, ha evolucionado con la gran oferta de museos, el planetario más grande de Europa, eventos de repercusión mediática y congresos internacionales.
Y, lo más importante, el carácter abierto y tolerante de sus habitantes hace de Málaga un lugar donde nadie se siente forastero.
Hecha esta presentación de la ciudad, cabe mencionar que es muy positivo el crecimiento del ecosistema de formación, inversión y emprendimiento.
Los sectores público y privado trabajan en iniciativas hermanadas con el objetivo del desarrollo tecnológico de Málaga.
Empresas como Google, Amazon y TDK, por mencionar algunas, ya han puesto un pie en el territorio.
El PTA ha puesto en marcha la iniciativa de viviendas para que no se recaliente el mercado inmobiliario.
Málaga, hacia el oeste y este, puede seguir ampliando viviendas sin escapar al poder adquisitivo malagueño.
La parte más conocida es la ciudad lineal desde Estepona a Marbella, con 70 km de costa y todos los servicios y bienestar para el turismo, pero tenemos un gran territorio de interior con cientos de opciones para el crecimiento y el equilibrio de la provincia.
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